AL-NAGEM AL-QARHI, 14 años,
asesinado por el ejército marroquí en el
Campamento de Gdeim Izik, el 24 de octubre de 2010.
Fuente: SaharaLibre.es
"Marruecos mata un niño saharaui y deja otros siete heridos"
. asesinado por el ejército marroquí en el
Campamento de Gdeim Izik, el 24 de octubre de 2010.
Fuente: SaharaLibre.es
"Marruecos mata un niño saharaui y deja otros siete heridos"
Pancarta para la manifestación del 13 de noviembre
de 2010, de apoyo al pueblo saharaui.
Fuente: SaharaLibre.es
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de 2010, de apoyo al pueblo saharaui.
Fuente: SaharaLibre.es
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"En la fértil leyenda heróica del desierto, ningún episodio ha sido atendido y admirado como el vivido por los nómadas que habitaban lo que fue 'territorio español' del Sahara Occidental. A esos hijos de antiguas estirpes de pastores-guerreros les estaba reservada una meteórica incorporación a la modernidad.
(...) Conforme se descubrían riquezas en el subsuelo y en el mar, iba tomando cuerpo la idea de un país independiente y económicamente viable. Además, la puesta en marcha de la Yemáa en 1967 permitió a su centenar de miembros enfrentarse al concepto de territorialidad por encima del tribalista y familiarizarse con los rudimentos de la función administrativa y política, a pesar del carácter consultivo de la institución. Finalmente, las notorias apetencias mostradas por el rey de Marruecos indujeron a los Chiuj a escorarse en la dirección de un proceso de autodeterminación progresivo y regulado en plazos convenidos. (...)
Los quince años de prosperidad colonial los desarraigó de milenios de itinerancia y fijó como asalariadas a las ciudades coloniales, ofreciéndoles el mayor nivel de renta de África. Cuando en 1975 se operó la tardía descolonización, en el nuevo orden africano no cabía ya un nuevo Estado, y una conjura de ambiciones, mezquindades y manipulación los condujo a un inesperado destino.
Mientras su tierra era ocupada por soldados del norte (Marruecos) y del sur (Mauritania), emprendieron un éxodo hacia Argelia, donde levantaron sus campamentos de refugiados y desde los que iniciaron, dotados de un arma política nueva (Frente Polisario), la guerra a los ocupantes utilizando la vieja estrategia del nómada: resistencia y movilidad. Mientras el frente se tragaba a una generación de guerrilleros, en la retaguardia se erigió un orden revolucionario en el que se coló el totalitarismo.
En 1991 callaron las armas cuando Naciones Unidas propuso una alternativa electoral. Diez años después el 'dossier Sahara' sigue estancado, las partes (Marruecos y el Polisario) todavía discrepan sobre el cuerpo electoral que tendría derecho a votar en un referéndum sobre el futuro del Sahara. Mientras tanto los viejos guerreros se han hecho abuelos, y una nueva generación nacida en el exilio ve sus campamentos como una ciudad similar a cualquier otra, como una estación más de las rutas caravaneras del desierto."
(Alejandro García: Historias del Sahara. El mejor y el peor de los mundos. Madrid: Catarata, 2001)
Y si la mecha de las ilusiones polisarias vuelve a encenderse en algún momento, ya se encargarán de apagarla los reyes dictadores y el Mundo Libre, por las buenas o por las malas. Fin del derecho a la discrepancia y a la libertad. El imperialismo, el capitalismo y los dictadores dixerunt.
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(...) Conforme se descubrían riquezas en el subsuelo y en el mar, iba tomando cuerpo la idea de un país independiente y económicamente viable. Además, la puesta en marcha de la Yemáa en 1967 permitió a su centenar de miembros enfrentarse al concepto de territorialidad por encima del tribalista y familiarizarse con los rudimentos de la función administrativa y política, a pesar del carácter consultivo de la institución. Finalmente, las notorias apetencias mostradas por el rey de Marruecos indujeron a los Chiuj a escorarse en la dirección de un proceso de autodeterminación progresivo y regulado en plazos convenidos. (...)
Los quince años de prosperidad colonial los desarraigó de milenios de itinerancia y fijó como asalariadas a las ciudades coloniales, ofreciéndoles el mayor nivel de renta de África. Cuando en 1975 se operó la tardía descolonización, en el nuevo orden africano no cabía ya un nuevo Estado, y una conjura de ambiciones, mezquindades y manipulación los condujo a un inesperado destino.
Mientras su tierra era ocupada por soldados del norte (Marruecos) y del sur (Mauritania), emprendieron un éxodo hacia Argelia, donde levantaron sus campamentos de refugiados y desde los que iniciaron, dotados de un arma política nueva (Frente Polisario), la guerra a los ocupantes utilizando la vieja estrategia del nómada: resistencia y movilidad. Mientras el frente se tragaba a una generación de guerrilleros, en la retaguardia se erigió un orden revolucionario en el que se coló el totalitarismo.
En 1991 callaron las armas cuando Naciones Unidas propuso una alternativa electoral. Diez años después el 'dossier Sahara' sigue estancado, las partes (Marruecos y el Polisario) todavía discrepan sobre el cuerpo electoral que tendría derecho a votar en un referéndum sobre el futuro del Sahara. Mientras tanto los viejos guerreros se han hecho abuelos, y una nueva generación nacida en el exilio ve sus campamentos como una ciudad similar a cualquier otra, como una estación más de las rutas caravaneras del desierto."
(Alejandro García: Historias del Sahara. El mejor y el peor de los mundos. Madrid: Catarata, 2001)
Y si la mecha de las ilusiones polisarias vuelve a encenderse en algún momento, ya se encargarán de apagarla los reyes dictadores y el Mundo Libre, por las buenas o por las malas. Fin del derecho a la discrepancia y a la libertad. El imperialismo, el capitalismo y los dictadores dixerunt.
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1 comentario:
Hola, Susana. Inevitable la denuncia estos días, ojalá sirva de algo. Al menos que no se vayan "de rositas", que nos les resulte rentable la complicidad: qué vergüenza no querer condenar la violencia... de los gobiernos, claro. Espíritu de clase (política).
Recuerdos.
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