NO A LA GUERRA
José Saramago estaba construyendo una hermosa metáfora sobre la paz cuando le sobrevino la muerte. Los últimos pensamientos del más grande no podrían haberse ocupado de otro menester más importante.
¡Alabardas, alabardas! ¡Espingardas, espingardas!, iba a ser el título de esa novela de la cual el de Azinhaga dejó 50 páginas escritas. El título proviene de unos versos del poeta y dramaturgo portugues Gil Vicente, y la historia iba a gritar contra la carrera bélica, el tráfico de armas, la locura de la guerra.
El punto de partida es un suceso que él creía haber leído en François Mauriac. Al término de la guerra civil española, apareció en Extremadura una bomba no detonada que contenía en su interior, en portugués, una nota de papel que decía: "Esta bomba no matará a nadie". Un trabajador de una empresa de armas había ideado un sabotaje que funcionó: la bomba no explotó.
En la novela, Saramago se pregunta por qué nunca ha habido huelgas en las fábricas de armamento. "Quienes fabrican armas y hacen bien su trabajo están preparando un instrumento para matar", decía, y esa preocupación iba a latir en esas páginas. A partir de esa anécdota, el portugués estaba elaborando la fábula, la gran metáfora de la paz, su más íntimo anhelo.
Pilar del Río, su viuda y presidenta de la Fundación Saramago ha dicho que "con el tiempo se verá qué hacemos con estos capítulos, pero todavía no hay nada decidido".
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ALABARDA (quizá del italiano alabarda o del francés hallebarde, este del alto alemán medio helmbarte, de helm, empuñadura, y barte, hacha, y este del germánico helmbart).
1. Arma ofensiva, compuesta de un asta de madera de dos metros aproximadamente de largo, y de una moharra con cuchilla transversal, aguda por un lado y en forma de media luna por el otro.
2. Empleo de sargento.
3. Insignia que usaban los sargentos de infantería.
ESPINGARDA (del francés antiguo espingarde).
1. Antiguo cañón de artillería algo mayor que el falconete y menor que la pieza de batir.
2. Escopeta de chispa y muy larga.
(Fuente: Real Academia Española)
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José Saramago estaba construyendo una hermosa metáfora sobre la paz cuando le sobrevino la muerte. Los últimos pensamientos del más grande no podrían haberse ocupado de otro menester más importante.
¡Alabardas, alabardas! ¡Espingardas, espingardas!, iba a ser el título de esa novela de la cual el de Azinhaga dejó 50 páginas escritas. El título proviene de unos versos del poeta y dramaturgo portugues Gil Vicente, y la historia iba a gritar contra la carrera bélica, el tráfico de armas, la locura de la guerra.
El punto de partida es un suceso que él creía haber leído en François Mauriac. Al término de la guerra civil española, apareció en Extremadura una bomba no detonada que contenía en su interior, en portugués, una nota de papel que decía: "Esta bomba no matará a nadie". Un trabajador de una empresa de armas había ideado un sabotaje que funcionó: la bomba no explotó.
En la novela, Saramago se pregunta por qué nunca ha habido huelgas en las fábricas de armamento. "Quienes fabrican armas y hacen bien su trabajo están preparando un instrumento para matar", decía, y esa preocupación iba a latir en esas páginas. A partir de esa anécdota, el portugués estaba elaborando la fábula, la gran metáfora de la paz, su más íntimo anhelo.
Pilar del Río, su viuda y presidenta de la Fundación Saramago ha dicho que "con el tiempo se verá qué hacemos con estos capítulos, pero todavía no hay nada decidido".
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ALABARDA (quizá del italiano alabarda o del francés hallebarde, este del alto alemán medio helmbarte, de helm, empuñadura, y barte, hacha, y este del germánico helmbart).
1. Arma ofensiva, compuesta de un asta de madera de dos metros aproximadamente de largo, y de una moharra con cuchilla transversal, aguda por un lado y en forma de media luna por el otro.
2. Empleo de sargento.
3. Insignia que usaban los sargentos de infantería.
ESPINGARDA (del francés antiguo espingarde).
1. Antiguo cañón de artillería algo mayor que el falconete y menor que la pieza de batir.
2. Escopeta de chispa y muy larga.
(Fuente: Real Academia Española)
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Primera Guerra Mundial. Una bomba de cañón queda sin explotarcerca de las posiciones inglesas en la Batalla del Somme, Francia, 1916.
Fuente: Fotos con Historia - "Fotografiándose con una bomba"
"...porque a partir de hoy ya no se tratará simplemente de decir 'NO A LA GUERRA', se tratará de luchar todos los días y en todas las instancias para que la PAZ sea una realidad, para que la PAZ deje de ser manipulada como un elemento de chantaje emocional y sentimental con que se pretende justificar guerras."
(José Saramago, Manifestación contra la guerra en Madrid el 15 de marzo de 2003)
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