Por su inmenso y eterno valor humano, quiero compartir esta historia relatada por el periodista Thiago Ferrer. Debajo podéis verla más desarrollada en un reportaje emitido en ESPN. Se trata de una historia de lucha, determinación, coraje y esperanza, la de Terry Fox, quien quiso concienciar al mundo sobre el cáncer y la necesidad de que todos colaboremos para, algún día, ponerle fin. Un ejemplo inspirador para todos...
"Hoy se cumplen 35 años de la muerte de este chaval. Terry Fox era un muchacho de Port Coquitlam, en la Columbia Británica. Cuando tenía 19 años, le descubrieron cáncer de huesos en la pierna. Se la amputaron. Fox, deportista dedicado, se recuperó rápido. Jugaba al baloncesto en silla de ruedas y fue tres veces campeón canadiense.
Sin embargo, no estaba satisfecho. Le indignaba el poco dinero que se dedicaba a la investigación contra el cáncer. Tomó una decisión. Decidió correr una maratón al día: 42 kilómetros, hasta cruzar el ancho de Canadá: desde Terranova hasta su casa, en la Columbia Británica.
Los primeros días fueron terribles, con un temporal de viento y lluvia. Al principio de la ruta no se le hizo mucho caso. Pero siguió. Imaginaos correr 42 kilómetros al día con una pierna artificial cuyos muelles tardan un poco en volver a la posición inicial en cada paso. Obviamente, la pierna buena también sufría. Desgaste extra en las articulaciones y ampollas.
Para cuando llegó a Montreal, había recaudado 200.000 dólares (canadienses). Su historia atrajo la atención de Isador Sharp. Sharp era fundador y dueño de la cadena Four Seasons de hoteles, y su hijo había muerto de melanoma en 1978. Isadore (con e) Sharp decidió donar dos dólares por cada milla que corriese Fox, y convenció a otras 1.000 empresas a hacer lo mismo. Además, le permitió alojarse gratis en los hoteles de la cadena, lo que le permitió dejar de dormir en una autocaravana que le seguía. Cuando llegó a Ontario su hazaña ya estaba en boca de todo el país. En Ottawa, fue recibido por el primer ministro. Pero para Fox, el punto álgido estuvo en su encuentro con su ídolo, el defensa de hockey Bobby Orr.
Fox siguió. El único descanso que se había tomado fueron unos días en Montreal, para poder llegar a Ottawa el 1 de julio, fiesta nacional. 42 kilómetros al día, todos los días. La prensa estaba detrás de historias sobre la vida personal de Terry, lo que le enfadó. Cada vez estaba más cansado. El 1 de septiembre de 1980, a las afueras de Thunder Bay, le dio un ataque de tos que no paraba. Le llevaron a un hospital, donde descubrieron que el cáncer se le había extendido a los pulmones. La carrera acabó allí.
Había corrido durante 143 días y 5.373 kilómetros. Y aún le faltaba la mitad de Canadá por recorrer. Hasta entonces, la campaña había recaudado 1,7 millones de dólares canadienses. Durante las siguientes semanas, recaudaría 10 millones más. Para abril de 1981, había logrado 23 millones de dólares para la investigación contra el cáncer. Terry Fox murió el 28 de junio de 1981. Le faltaba un mes para cumplir 23 años."
Sin embargo, no estaba satisfecho. Le indignaba el poco dinero que se dedicaba a la investigación contra el cáncer. Tomó una decisión. Decidió correr una maratón al día: 42 kilómetros, hasta cruzar el ancho de Canadá: desde Terranova hasta su casa, en la Columbia Británica.
Los primeros días fueron terribles, con un temporal de viento y lluvia. Al principio de la ruta no se le hizo mucho caso. Pero siguió. Imaginaos correr 42 kilómetros al día con una pierna artificial cuyos muelles tardan un poco en volver a la posición inicial en cada paso. Obviamente, la pierna buena también sufría. Desgaste extra en las articulaciones y ampollas.
Para cuando llegó a Montreal, había recaudado 200.000 dólares (canadienses). Su historia atrajo la atención de Isador Sharp. Sharp era fundador y dueño de la cadena Four Seasons de hoteles, y su hijo había muerto de melanoma en 1978. Isadore (con e) Sharp decidió donar dos dólares por cada milla que corriese Fox, y convenció a otras 1.000 empresas a hacer lo mismo. Además, le permitió alojarse gratis en los hoteles de la cadena, lo que le permitió dejar de dormir en una autocaravana que le seguía. Cuando llegó a Ontario su hazaña ya estaba en boca de todo el país. En Ottawa, fue recibido por el primer ministro. Pero para Fox, el punto álgido estuvo en su encuentro con su ídolo, el defensa de hockey Bobby Orr.
Fox siguió. El único descanso que se había tomado fueron unos días en Montreal, para poder llegar a Ottawa el 1 de julio, fiesta nacional. 42 kilómetros al día, todos los días. La prensa estaba detrás de historias sobre la vida personal de Terry, lo que le enfadó. Cada vez estaba más cansado. El 1 de septiembre de 1980, a las afueras de Thunder Bay, le dio un ataque de tos que no paraba. Le llevaron a un hospital, donde descubrieron que el cáncer se le había extendido a los pulmones. La carrera acabó allí.
Había corrido durante 143 días y 5.373 kilómetros. Y aún le faltaba la mitad de Canadá por recorrer. Hasta entonces, la campaña había recaudado 1,7 millones de dólares canadienses. Durante las siguientes semanas, recaudaría 10 millones más. Para abril de 1981, había logrado 23 millones de dólares para la investigación contra el cáncer. Terry Fox murió el 28 de junio de 1981. Le faltaba un mes para cumplir 23 años."
Terry Fox
"Contemplé rostros que exhibían sonrisas valientes y otros que habían renunciado a sonreír. Presencié sentimientos de negación esperanzada y sentimientos de desesperación. Mi misión no sería egoísta. No podía irme de ahí sabiendo que esos rostros y sentimientos seguirían existiendo, aun cuando yo estuviera libre de mi cáncer. El sufrimiento tiene que detenerse en algún lugar... y yo estaba decidido a llegar al límite por esta causa."
(Terry Fox)
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