viernes, 4 de septiembre de 2015

EN LA ISLA A VECES HABITADA QUE SOMOS

VIVIR O MORIR DE TRISTEZA
En los días más horribles, o te consuelas como puedes o mueres de tristeza y desesperanza. Tengo algunos favoritos, vivos y muertos, pero siempre necesito a Saramago, me reconforta y me enriquece en la tristeza. Siempre ha sido y siempre será mi padre, mi abuelo..., ese ser humano humilde y especial que te abraza con sus hermosos y sabios pensamientos hechos palabras. En su faceta menos conocida, la poética, encuentro hoy refugio y sentido:


EN LA ISLA A VECES HABITADA

En la isla a veces habitada de lo que somos,
hay noches, mañanas y madrugadas
en que no necesitamos morir.
En ese momento sabemos todo lo que fue y será.
El mundo se nos aparece explicado definitivamente
y entra en nosotros una gran serenidad,
y se dicen las palabras que la significan.
Levantamos un puñado de tierra
y la apretamos en las manos. Con dulzura.
Allí está toda la verdad soportable:
el contorno, la voluntad y los límites.
Podemos en ese momento decir que somos libres,
con la paz y con la sonrisa de quien se reconoce
y viajó alrededor del mundo infatigable,
porque mordió el alma hasta sus huesos.
Liberemos sin apuro la tierra donde ocurren milagros
como el agua, la piedra y la raíz.
Cada uno de nosotros es en este momento la vida.
Que eso nos baste.

(José Saramago, Probablemente alegría, 1970)



Aylan y Galip Kurdi, de 3 y 5 años,
emigrantes sirios asesinados por Europa.
Fuente: BBC


NA ILHA POR VEZES HABITADA

Na ilha por vezes habitada do que somos,
há noites, manhãs e madrugadas
em que não precisamos de morrer.
Então sabemos tudo do que foi e será.
O mundo aparece explicado definitivamente
e entra em nós uma grande serenidade,
e dizem-se as palavras que a significam.
Levantamos um punhado de terra
e apertamo-la nas mãos. Com doçura.
Aí se contém toda a verdade suportável:
o contorno, a vontade e os limites.
Podemos então dizer que somos livres,
com a paz e o sorriso de quem se reconhece
e viajou à roda do mundo infatigável,
porque mordeu a alma até aos ossos dela.
Libertemos devagar a terra onde acontecem milagres
como a água, a pedra e a raiz.
Cada um de nós é por enquanto a vida.
Isso nos baste.

(José Saramago, Provavelmente alegria, 1970)
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