amor a la vida
Es imposible estar en el norte de África y no pensar en Camus. Comparto sus pensamientos y sentimientos sobre la desesperación, la pobreza, los desgraciados, la soledad, la belleza, el amor...
Donde me encuentro, a los niños olvidados el día aún les invita a jugar, y la noche a soñar. Me han recordado el amor por la vida de Camus en este espléndido conjunto de ensayos de juventud:
"Prefacio":
«Los principios debemos colocarlos en las cosas grandes; para las pequeñas basta con la misericordia.»
"Entre sí y no":
«Si es cierto que los únicos paraísos son los que hemos perdido, sé que nombre darle a este algo tierno e inhumano que llevo hoy dentro.»
«Hay una soledad en la pobreza, pero una soledad que le devuelve su precio a cada cosa. Con cierto nivel de riqueza, el propio cielo y la noche cuajada de estrellas parecen bienes naturales. Pero en la parte baja de la escala, el cielo recupera pleno sentido: una gracia inestimable. ¡Noches de verano, misterios en los que crepitaban estrellas! Detrás del niño había un pasillo apestoso; y se hundía un poco en su sillita desfondada. Pero alzando la vista, bebía directamente de la noche pura.»
"Con el alma transida":
«Me rezuma la única felicidad de la que soy capaz: una conciencia atenta y amistosa. (...) Todos los seres con los que me encuentro, todos los olores de esta calle, todo me da pretexto para amarlo desmedidamente.»
«En aquella cima extrema de la conciencia extrema, todo se juntaba y mi vida me aparecía como algo que había que rechazar o admitir en bloque. Necesitaba una grandeza. La hallaba en el hecho de confrontar mi honda desesperación y la indiferencia secreta de uno de los paisajes más hermosos del mundo. Sacaba de él fuerza para ser a un tiempo valeroso y consciente.»
"Amor por la vida":
«No existe amor por la vida sin desesperación por la vida.»
«Solo esa inmensa soledad del mundo me da su medida.»
«En lo que a mí se refería, sentía ganas de amar de la misma forma que se sienten ganas de llorar. Me parecía que todas y cada una de mis horas de sueño iban a ser, a partir de entonces, horas robadas a la vida... es decir, al tiempo del deseo sin objeto.»
«Sé perfectamente que estoy equivocado y que hay que ponerse límites. Y tal es la condición para crear. Pero no hay límites para amar; y qué más puede darme apretar poco, siempre y cuando pueda abrazarlo todo.»
"El revés y el derecho":
«Lo valiente de verdad es, bien pensado, conservar los ojos abiertos a la luz, de la misma forma que a la muerte. Por lo demás, ¿cómo explicar el vínculo que conduce de ese amor ávido por la vida a esa desesperación secreta?. Si atiendo a la ironía, agazapada en el fondo de todo esto, asoma poco a poco. Dice, guiñando el ojo pequeño y agudo: "Vivid como si...". Pese a tantas y tantas búsquedas, ésa es cuanta ciencia tengo.»
(Fragmentos de El revés y el derecho, de Albert Camus, 1937)
(Traducción de Mª Teresa Gallego Urrutia, Alianza Editorial, 2006)
Es imposible estar en el norte de África y no pensar en Camus. Comparto sus pensamientos y sentimientos sobre la desesperación, la pobreza, los desgraciados, la soledad, la belleza, el amor...
Donde me encuentro, a los niños olvidados el día aún les invita a jugar, y la noche a soñar. Me han recordado el amor por la vida de Camus en este espléndido conjunto de ensayos de juventud:
"Prefacio":
«Los principios debemos colocarlos en las cosas grandes; para las pequeñas basta con la misericordia.»
"Entre sí y no":
«Si es cierto que los únicos paraísos son los que hemos perdido, sé que nombre darle a este algo tierno e inhumano que llevo hoy dentro.»
«Hay una soledad en la pobreza, pero una soledad que le devuelve su precio a cada cosa. Con cierto nivel de riqueza, el propio cielo y la noche cuajada de estrellas parecen bienes naturales. Pero en la parte baja de la escala, el cielo recupera pleno sentido: una gracia inestimable. ¡Noches de verano, misterios en los que crepitaban estrellas! Detrás del niño había un pasillo apestoso; y se hundía un poco en su sillita desfondada. Pero alzando la vista, bebía directamente de la noche pura.»
"Con el alma transida":
«Me rezuma la única felicidad de la que soy capaz: una conciencia atenta y amistosa. (...) Todos los seres con los que me encuentro, todos los olores de esta calle, todo me da pretexto para amarlo desmedidamente.»
«En aquella cima extrema de la conciencia extrema, todo se juntaba y mi vida me aparecía como algo que había que rechazar o admitir en bloque. Necesitaba una grandeza. La hallaba en el hecho de confrontar mi honda desesperación y la indiferencia secreta de uno de los paisajes más hermosos del mundo. Sacaba de él fuerza para ser a un tiempo valeroso y consciente.»
"Amor por la vida":
«No existe amor por la vida sin desesperación por la vida.»
«Solo esa inmensa soledad del mundo me da su medida.»
«En lo que a mí se refería, sentía ganas de amar de la misma forma que se sienten ganas de llorar. Me parecía que todas y cada una de mis horas de sueño iban a ser, a partir de entonces, horas robadas a la vida... es decir, al tiempo del deseo sin objeto.»
«Sé perfectamente que estoy equivocado y que hay que ponerse límites. Y tal es la condición para crear. Pero no hay límites para amar; y qué más puede darme apretar poco, siempre y cuando pueda abrazarlo todo.»
"El revés y el derecho":
«Lo valiente de verdad es, bien pensado, conservar los ojos abiertos a la luz, de la misma forma que a la muerte. Por lo demás, ¿cómo explicar el vínculo que conduce de ese amor ávido por la vida a esa desesperación secreta?. Si atiendo a la ironía, agazapada en el fondo de todo esto, asoma poco a poco. Dice, guiñando el ojo pequeño y agudo: "Vivid como si...". Pese a tantas y tantas búsquedas, ésa es cuanta ciencia tengo.»
(Fragmentos de El revés y el derecho, de Albert Camus, 1937)
(Traducción de Mª Teresa Gallego Urrutia, Alianza Editorial, 2006)
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"¿Es el ruido del amor lo que se oye a lo lejos? El mundo suspira hacia mí en un ritmo prolongado y me trae la indiferencia y la tranquilidad de lo que no muere."
(Albert Camus)
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