adolescencia
Para muchos no es más que una oda al colocón, tema muy habitual en las letras de los grupos de La Movida. Algo así como: estoy muy aburrido y, ya que no tengo nada mejor que hacer, voy a ponerme ciego de drogas duras, hasta perder la consciencia, hasta lograr imaginar un mundo irreal, porque este no me gusta, me aburre muchísimo.
Hay quien dice que Santiago Auserón la compuso en ese estado, es decir, colocado. Como sea, parió algo la mar de poético y maravilloso: una estatua que, de pronto, cobra vida en un jardín botánico y comienza a explorar un mundo irreal (como la propia estatua) que le fascina pero que no acaba de entender. Necesita conocer y comprender ese mundo para empezar a conocerse y comprenderse a sí mismo. ¿Somos eternos adolescentes?
La estatua del jardín botánico (1981) es sin lugar a dudas la gran obra maestra de Radio Futura. Una canción que podría definirse como la perfección pop, la esencia pura de La Movida. Arriesgada, surrealista, épica, andrógina, alegórica, incitadora de reflexión, ensimismamiento y ensoñación... Sus giros y piruetas magistrales la convierten en una de las mejores canciones de la historia.
Para muchos no es más que una oda al colocón, tema muy habitual en las letras de los grupos de La Movida. Algo así como: estoy muy aburrido y, ya que no tengo nada mejor que hacer, voy a ponerme ciego de drogas duras, hasta perder la consciencia, hasta lograr imaginar un mundo irreal, porque este no me gusta, me aburre muchísimo.
Hay quien dice que Santiago Auserón la compuso en ese estado, es decir, colocado. Como sea, parió algo la mar de poético y maravilloso: una estatua que, de pronto, cobra vida en un jardín botánico y comienza a explorar un mundo irreal (como la propia estatua) que le fascina pero que no acaba de entender. Necesita conocer y comprender ese mundo para empezar a conocerse y comprenderse a sí mismo. ¿Somos eternos adolescentes?
La estatua del jardín botánico (1981) es sin lugar a dudas la gran obra maestra de Radio Futura. Una canción que podría definirse como la perfección pop, la esencia pura de La Movida. Arriesgada, surrealista, épica, andrógina, alegórica, incitadora de reflexión, ensimismamiento y ensoñación... Sus giros y piruetas magistrales la convierten en una de las mejores canciones de la historia.
LA ESTATUA DEL JARDÍN BOTÁNICO
(Santiago Auserón, 1981)
Un día más me quedaré sentado aquí,
en la penumbra de un jardín tan extraño.
Cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.
Esperando un eclipse me quedaré,
persiguiendo un enigma al compás de las olas.
Dibujando una elipse, me quedaré,
entre el sol y mi corazón.
Junto al estanque me atrapó la ilusión,
escuchando el lenguaje de las plantas.
Y he aprendido a esperar sin razón.
Soy metálico en el jardín botánico,
con mi pensamiento sigo el movimiento
de los peces en el agua.
Un día más me quedaré sentado aquí,
en la penumbra de un jardín tan extraño.
Cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.
Esperando un eclipse me quedaré,
persiguiendo un enigma al compás de las olas.
Dibujando una elipse, me quedaré,
entre el sol y mi corazón.
Soy metálico en el jardín botánico,
con mi pensamiento sigo el moviento
de los peces en el agua.
Radio Futura
Fuente: La Huella Sonora
"Tenemos que crear un nuevo lenguaje político desde la calle. El problema está en que si tratamos de decir toda la verdad caemos en algo horroroso, caemos en la máxima de las falsedades, en querer capturar todo lo que se puede decir en una sola visión. Si intentamos hacer una canción política utilizando lugares comunes de la denuncia social caemos en algo totalmente aburguesado, inútil y retrógrado, parecido a la caricatura de canción-protesta que se ha estado haciendo en este país durante años, o bien en la caricatura de canción revolucionaria que se hace desde el rock latino internacional. El problema es que el esquematismo político del siglo pasado ha perdido su vigencia y ya no sirve para construir una teoría radical."
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(Santiago Auserón. 2002)
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(Santiago Auserón. 2002)
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1 comentario:
Otra querencia que compartimos.
Aunque yo me decanto por la luminosa y latina "Semilla negra" (versión orquestal).
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