domingo, 28 de marzo de 2010

HIJO DE LA LUZ Y DE LA SOMBRA

poeta
Miguel Hernández murió de madrugada, a las 5:32, hace hoy 68 años. Vicente Aleixandre describía a su amigo como la personalización de lo natural, vistiendo de manera sencilla, sin corbata y siempre que podía en alpargatas, que simbolizaban su "limpia pobreza", su arraigo al pueblo. Decía que era poseedor de una voz clara y siempre sobria a la hora de recitar, "como de rumor de un arroyo", y con una apariencia física robusta. Que era confiado y nunca aguardaba daño de nadie, creía en todos los hombres y esperaba en ellos, siendo este sentimiento algo que no desapareció nunca de su corazón y que le hizo morir con los ojos abiertos, que no pudieron cerrar en la enfermería de la prisión en que dejó de respirar a los 31 años. Poeta de los oprimidos, de la libertad. Sus ojos, siempre puros, limpios, como su aspecto general, un aspecto fresco adquirido tras bañarse en el río todos los días... antes de estallar la guerra.

No lo sé. Fue sin música.
Tus grandes ojos azules
abiertos se quedaron bajo el vacío ignorante,
cielo de losa oscura,
masa total que lenta desciende y te aboveda,
cuerpo tú solo, inmenso,
único hoy en la Tierra,
que contigo apretado por los soles escapa.

(Vicente Aleixandre: "En la muerte de Miguel Hernández", en Cuaderno de las horas situadas, 1948).
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Miguel Hernández hablando a los brigadistas norteamericanos, 1938.
(Fuente:
La Crónica de León - "Sino sangriento")
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HIJO DE LA LUZ Y DE LA SOMBRA

(Miguel Hernández) (Selección de Joan Manuel Serrat)

Eres la noche, esposa: la noche en el instante
mayor de su potencia lunar y femenina.
Eres la medianoche: la sombra culminante
donde culmina el sueño, donde el amor culmina.

Daré sobre tu cuerpo cuando la noche arroje
su avaricioso anhelo de imán y poderío.
Un astral sentimiento febril me sobrecoge,
incendia mi osamenta con un escalofrío.

Eres la noche, esposa.
Eres la noche, esposa.
Eres la noche, esposa.
Y yo soy el mediodía.

La noche se ha encendido como una sorda hoguera
de llamas minerales y oscuras embestidas.
Y alrededor la sombra late como si fuera
las almas de los pozos y el vino difundidas.

Pide que nos echemos tú y yo sobre la manta,
tú y yo sobre la luna, tú y yo sobre la vida.
Pide que tú y yo ardamos fundiendo en la garganta,
con todo el firmamento, la tierra estremecida.

Eres la noche, esposa.
Eres la noche, esposa.
Eres la noche, esposa.
Y yo soy el mediodia.

Caudalosa mujer: en tu vientre me entierro.
Tu caudaloso vientre será mi sepultura.
Si quemaran mis huesos con la llama del hierro,
verían que grabada llevo allí tu figura.

Con el amor a cuestas, dormidos y despiertos,
seguiremos besándonos en el hijo profundo.
Besándonos tú y yo se besan nuestros muertos,
se besan los primeros pobladores del mundo.

Eres la noche, esposa.
Eres la noche, esposa.
Eres la noche, esposa.
y yo soy el mediodia.

Eres la noche, esposa.
Y yo soy el mediodia.


(Fragmentos de "Hijo de la luz y de la sombra", de Cancionero y romancero de ausencias, 1938-1941).

Joan Manuel Serrat y Miguel Hernández.
Montaje: Susana R. Verano.


"La poesía es el arma que más brilla en mis manos y con ella tengo que transformar la vida"
(Miguel Hernández)
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1 comentario:

Pepita Grillada dijo...

Gracias por este post. Siempre me haces llorar de emoción. Un abrazo fuerte, mi angel de la guarda.