martes, 7 de diciembre de 2010

CONTRA EL ESTADO DE ALARMA DEL GOBIERNO Y DE LOS MEDIOS (EL PAÍS)...

dictadura encubierta

DESOBEDIENCIA

"La desobediencia civil es un mecanismo de protesta social que consiste en la negativa a prestar obediencia a las leyes y decretos de algún gobierno o poder público. Esta desobediencia puede ser de forma pacífica y no violenta, manteniendo una actitud de protesta contra la autoridad con el fin de rectificar los errores que a juicio de quienes protestan, ésta ha cometido." (Fuente: La plegaria de un pagano, "Concepto de desobediencia civil")
Una vez más, recomiendo la lectura del artículo de mi colega Jesús Ruiz, "El Gobierno, decidido a domesticar a los controladores aéreos (no habrá excepciones entre trabajadores)
" (de su blog Tal Vez Inútil), sobre el conflicto en torno a los controladores aéreos y la actuación del Gobierno al respecto, así como también el comunicado de la CGT (Confederación General del Trabajo) sobre el problema, resumido como sigue:
"El gobierno es el único responsable del cierre del espacio aéreo español y el verdadero problema es que está vendiendo nuestro país a los empresarios.

CGT condena de forma absoluta el estado de alarma decretado por el gobierno, lo que supone la suspensión, a niveles prácticos, de los derechos constitucionales y lo peor es que se aplique este estado de alarma con motivo de un conflicto laboral."

No quiero repetirme con respecto a mi post anterior, pero discrepo del primer artículo en una cosa. Estamos de acuerdo. Los controladores aéreos no tienen razón... en el fondo. Pero en este caso se han impuesto las formas, la estrategia, y de esas quería hablar. De esas hablaba en mi artículo anterior.

He dejado claro que no comparto las exigencias y quejas de los controladores. Si es que las exigencias y quejas que nos han llegado son ciertas. Porque, ¿qué sabemos realmente de ellos? Lo que nos dicen el gobierno y los medios, especialmente "El País", que viene metiendo cizaña contra los controladores desde hace mucho tiempo, invitándonos a odiarles y a lincharles (escenas del hotel en que se reunieron), y desempeñando fiel y eficazmente su papel de voceros del Gobierno de Zapatero. Entonces, ¿qué creerse y qué no?.

Suponiendo que fuera cierto, que aquello que piden los controladores es inadmisible, que no tienen razón en el fondo. Yo lo que comparto y apoyo es su forma de actuar en estos últimos días para con el gobierno. El desafío. La valentía. La desobediencia con respecto a unos gobernantes injustos y antidemócratas. Esa forma de actuar que deberíamos llevar practicado todos desde hace tiempo.

Ha quedado muy claro (29-S y más: no solo los controladores son insolidarios y esquiroles) que la solidaridad obrera no existe, solo la cobardía y el miedo. Por eso las buenas ideas hay que practicarlas, provengan de quien provengan, más aún cuando estamos gobernados por antidemócratas, por el capitalismo más salvaje que jamás se haya conocido.

El Gobierno de Zapatero buscaba una cortina de humo, un conejillo de indias. Los controladores le han venido de perlas. El pueblo les detesta. El País ha hecho bien su trabajo como instrumento del Poder antes, durante y después. Las privatizaciones de los servicios públicos, los recortes sociales (426 euros, por ejemplo) y el hundimiento progresivo del Gobierno debían insonorizarse de alguna forma. Había que distraer la atención de los ciudadanos cuasizombies, buscar su aplauso incluso.
No ha sido casualidad que el Gobierno hiciera públicas sus medidas contra los controladores justo antes del puente. Tenía prevista la huelga encubierta. Ha ocurrido exactamente lo que Zapatero y su Gobierno querían. Y nos han enviado un mensaje muy claro: si a alguien, individuo o colectivo, se le ocurre desafiarnos, desafiar al capitalismo, ya sabe lo que le espera: decreto tras decreto, Estado de Alarma, militarización, represión...

En un estado dictatorial como este (Estado de Alarma por un pequeño conflicto laboral, militarización, decreto va y decreto viene, privatización-secuestro de lo público, chulería gubernamental,...) una huelga encubierta es una especie de defensa propia, una de las pocas opciones no violentas que nos quedan. Avisar con 10 días de antelación habría dado ventaja a los dictadores. Para mí, está justificada. Los ciudadanos son demasiado egoístas: ahora gritan y lloran en los aeropuertos por la actuación de los controladores. ¿Por qué no han gritado y llorado con los recortes de Zapatero?

No se puede actuar siguiendo escrupulosamente las pautas democráticas con un gobierno que no respeta la democracia. La de verdad, no a la que ellos apelan y supuestamente está escrita en la Constitución. Ya hemos visto cuál ha sido su respuesta: militarismo y represión. Por si alguien tenía alguna duda. ¿Actuarían de la misma forma a la hora de reprimir a millones de ciudadanos que llevan a cabo una huelga encubierta, ilegal pero justa? Tengo mi propia respuesta.

Aplaudiré cualquier huelga encubierta contra este gobierno, aunque quien la lleve a cabo no tenga razón. Muy bien, no violencia, pero desobediencia.

P.S. Sobre la manipulación y el peligro de los medios de comunicación, os remito a mi artículo "Prensa y realidad (Kurt Tucholsky)".


Mahatma Gandhi apelando a la desobediencia civil pacífica
Fuente: La plegaria de un pagano - "Concepto de desobediencia civil"
."La ley nunca hará a los hombres libres; son los hombres los que tienen que hacer la ley libre".
"Declaro llanamente mi guerra al Estado, a mi modo, aunque seguiré haciendo uso y obteniendo cuantas ventajas pueda de él, como es habitual en estos casos".
(Henry David Thoreau, Desobediencia civil)
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1 comentario:

Jesús Ruiz Pérez dijo...

Ahora te entiendo mejor. Y me acerco más. Gandhi es uno de mis ídolos: "the gentle anarchist".
Sigo pensando, no obstane, que los medios siempre deben estar acordes con los fines: si pedimos derechos, no podemos negar el valor de los derechos puestos en peligro, si pedimos democracia auténtica hay que exigir respecto por la democracia limitada que nos permite disentir, aunque parezca que al hacerlo somos más débiles. La desobediencia civil y la no violencia que planteas tienen todo mi apoyo. Bello proyecto, aunque supongo que es muy improbable que llegue a materializarse.
Por cierto, al plantear las huelgas en el marco de sus protestas, Gandhi siempre procuró que sus consecuencias no repercutieran negativamente sobre la población (impidiendo el reparto de leche o paralizando el servicio de recogida de basuras de las calles), convencido de que sin el apoyo del pueblo nunca conseguirían sus objetivos. Algo inaplicable a los controladores aéreos.