sábado, 9 de mayo de 2020

LAS MAYORÍAS


Algo que escribí hace tres años y no puse aquí. ¿Quizá porque debía ponerlo hoy, que el mundo (el ser humano) es peor, si cabe, para reafirmarme? Es esto:


Me dicen que debo ser más tolerante y/o tratar de comprender y aceptar las ideas y comportamientos de la gente. Y cuando digo gente, digo mayorías, ortodoxia. Una trata de comprender. Y una sabe que siempre hay que mejorar en eso. Sin embargo tolerar, aceptar y participar de ello son otra historia que tiene más que ver con el egocentrismo, el elitismo, el gregarismo, la ideología (o ausencia de ella) y el contrato social.

Pero... ¿desde cuándo lo que piensan y hacen o dejan de hacer las mayorías es lo justo y bueno? ¿Cuándo la mayoría ha tenido razón? Es decir, ¿cuándo se ha comportado de forma humana y justa? ¿Cuándo las mayorías han hecho del mundo un lugar mejor? Necesito ejemplos, si los hay. Porque si no los hay, como creo, ¿por qué tengo que tolerar y aceptar a las mayorías, solo porque son mayorías?

Las mayorías van a votar cuando saben que no sirve para nada en un sistema que no es democrático y justo, donde los individuos no pueden tomar decisiones sobre su trabajo, el fruto de su trabajo y su vida. Las mayorías aceptan sin rechistar que aquella élite a la que han votado o no haga y deshaga a su antojo, contra ellos, los que les han votado y los que no. Las mayorías desprecian y marginan la diferencia y al diferente a lo estándar, por razón de ideología, clase social, procedencia, sexo, gusto sexual, religión, etc. Las mayorías creen que su sistema y su cultura son los mejores; también cuando dicen cooperar para desarrollar al otro, que consideran inferior y subdesarrollado porque no es "ellos". Las mayorías otorgan infinitamente más valor a un futbolista o a un tertuliano de la tele que a un maestro o un médico. Las mayorías creen que educación es lo que uno encuentra y recibe en los colegios y universidades, cuando eso, precisamente, suele ser lo más alejado de la educación. Las mayorías utilizan coches y móviles, objetos que no necesitan realmente, objetos que matan personas y relaciones humanas, objetos que contaminan en lo físico y en lo social, objetos que solo han empeorado nuestras vidas. Las mayorías consumen sin parar, a costa del planeta, del resto de seres vivos. Las mayorías depositan el fruto de su trabajo en los bancos, que arrebatan las casas y negocios a las personas, que hipotecan y empobrecen a las mayorías, que imponen su ley a las élites, contra las mayorías...

Thoreau, honesta, cabal y maravillosa MINORÍA DE UNO, estaba convencido de que cualquier hombre que tenga más razón que sus prójimos ya constituye una MAYORÍA DE UNO. Decía que primero debemos ser seres humanos sensibles, pensantes, críticos y solidarios, y ya después podemos ser ciudadanos y mayorías, pero no antes. Y si el Estado y la mayoría están y actúan contra esto, entonces nuestro deber moral y humano es DESOBEDECER y seguir defendiendo lo que creemos justo. Aunque seamos minoría de uno. Aunque nos odien, aunque no nos acepten, aunque pensar y actuar así nos haga daño, aunque ser así nos haga infelices. Muchas veces la felicidad no va de la mano de la justicia. Pero la justicia es más importante que la felicidad individual. Así lo creo. 

Perdón por la parrafada. Tenía que soltarlo. Y las mayorías (incluso tus amigos) te empujan a soltarlo muchas veces...



«Cualquier hombre que tenga más razón que sus prójimos ya constituye una mayoría de uno»

Henry David Thoreau

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