jueves, 9 de abril de 2020

PARA ELISA... TODO ERA AZUL


Curiosa la arbitrariedad o el determinismo causal de la vida. Anoche disfruté del único sueño agradable que recuerdo en años. Ya que ni el mundo consciente ni el subconsciente acostumbran a regalarme momentos de felicidad... Pero esta mañana temprano la vida me ha despertado con una inmensa bofetada. Se me ha ido ELISA, mi otra abuela, sin poder despedirme siquiera... MI GRAN ABUELA. Siempre me recordaba / recordará que tengo que reírme. Ojalá pudiera...

Que la tierra te sea leve, Frau Witze...




TODO ERA AZUL

Todo era azul delante de aquellos ojos y era
verde hasta lo entrañable, dorado hasta muy lejos.
Porque el color hallaba su encarnación primera
dentro de aquellos ojos de frágiles reflejos.

Ojos nacientes: luces en una doble esfera.
Todo radiaba en torno como un solar de espejos.
Vivificar las cosas para la primavera
poder fue de unos ojos que nunca han sido viejos.

Se los devoran. ¿Sabes? No soy feliz. No hay goce
como sentir aquella mirada inundadora.
Cuando se me alejaba, me despedí del día.

La claridad brotaba de su directo roce,
pero los devoraron. Y están brotando ahora
penumbras como el pardo rubor de la agonía.


(Miguel Hernández)

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