RIP
La única posesión que nos llevamos con nosotros en el momento de la muerte es lo que somos. Y si esto es, como parece, lo único que importa, entonces verdaderamente toda esencia, toda trascendencia muere con nosotros. Por eso, tras cada partida el mundo es aún más un intransitable vertedero de lo insustancial.
Quizá por ello el epicureísmo tiene sentido: buscar la belleza y el placer de forma racional, pues todo muere, en especial lo trascendente. Entonces la predestinación y la fatalidad (religiones) y la creación compulsiva e inagotable de necesidades (capitalismo) no tienen ninguna razón de ser, coartan la libertad, son estorbos en el camino vital, en la búsqueda y el disfrute de la felicidad.
Quizá por ello el epicureísmo tiene sentido: buscar la belleza y el placer de forma racional, pues todo muere, en especial lo trascendente. Entonces la predestinación y la fatalidad (religiones) y la creación compulsiva e inagotable de necesidades (capitalismo) no tienen ninguna razón de ser, coartan la libertad, son estorbos en el camino vital, en la búsqueda y el disfrute de la felicidad.
The Lady and The Reaper (La dama y la muerte)
de Javier Recio Gracia, 2009.
de Javier Recio Gracia, 2009.
"La muerte es una quimera: porque mientras yo existo, no existe la muerte; y cuando existe la muerte, ya no existo yo."
(Epicuro de Samos)
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