Me avergüenzo de los ciudadanos de mi país. Y me avergüenzo de mí misma, en la parte que me toca, por no haber podido ni sabido hacer más para evitar lo que somos y para no sentirme avergonzada.
El miedo y la confusión son muy poderosos. Habrá que seguir luchando contra ellos.
"La pérdida de la identidad hace aún más imperiosa la necesidad de conformismo; significa que uno puede estar seguro de sí mismo sólo en cuanto logra satisfacer las expectativas de los demás. Si no lo conseguimos, no sólo nos vemos frente al peligro de la desaparición pública y de un aislamiento creciente, sino que también nos arriesgamos a perder la identidad de nuestra personalidad, lo que significa comprometer nuestra salud psíquica.
(...) Si nos limitamos a considerar solamente las necesidades económicas, en lo que respecta a las personas "normales", si no alcanzamos a ver el sufrimiento del individuo automatizado, entonces no nos habremos dado cuenta del peligro que amenaza a nuestra cultura desde su base humana: la disposición a aceptar cualquier ideología o cualquier "líder", siempre que prometan una excitación emocional y sean capaces de ofrecer una estructura política, y aquellos símbolos que aparentemente dan significado y orden a la vida del individuo. La desesperación del autómata humano es un suelo fértil para los propósitos políticos del fascismo."
[Erich Fromm, El miedo a la libertad. (Versión castellana de Gino Germani). Barcelona: Paidós, 1987.]
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Viñeta de El Roto, 20 de noviembre de 2011.
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