"Cada animal posee ciertas características que lo diferencian del resto. Incluido el hombre, claro. Formas de ataque, de defensa, de expresar alegría, odio, temor, amor. Cada animal manifiesta, puede decirse, su carácter.
El cisne no es una excepción, pero tiene algo especial. Suele vivir en regiones frías, habitualmente pantanosas. Tiene un pésimo sentido del humor, que hace que cuente con pocos amigos dentro de su misma especie. Pero son decididamente monógamos. Cuando forman una pareja es para siempre y solamente la muerte de uno de los dos rompe ese idilio y esa fidelidad inalterables. Y son los protagonistas de una de las historias más indescifrables del mundo animal.
Bellos, orgullosos, de largos y estilizados cuellos, armónicos, los cisnes no cantan, salvo los ejemplares de una de sus especies, que emiten un sonido algo gutural y poco agradable, de cuando en cuando. Sin embargo, casi todas las especies de cisnes rompen su mudez de toda la vida en un único momento: cuando van a morir. En ese preciso instante cantan de una manera armoniosa y casi mágica.
El sonido de ese canto puede escucharse hasta en 5 ó 6 kilómetros de distancia, en los espacios abiertos, y se parece, por momentos, a la música de un corno, un instrumento de orquesta sinfónica. Luego, cuando la muerte está ya más cercana, aquel sonido cambia misteriosamente y se asemeja mucho al tañer de unas campanas graves.
Esta música no es sólo un sonido sin sentido. Se trata de un conjunto de armonías que se parecen de pronto a un lamento plañidero y, de pronto, a un himno lleno de fervor y hasta alegría. El resto de los cisnes saben de qué se trata, y guardan una suerte de respetuoso silencio y reconocimiento mientras su compañero está despidiéndose de la vida con ese único canto.
Ni siquiera la pareja del moribundo lo acompaña en el increíble canto ritual. También permanece en silencio, aunque a su lado. La escena puede durar unos minutos, después de los cuales el cisne morirá y el pantano o el lago seguirán siendo los mismos, con un silencio solamente roto por el chapotear de los animales o por las dulces aguas que chocan blandamente contra las orillas.
La pareja del cisne muerto se alejará del lugar, separándose de todos los que fueron sus compañeros, y nunca más se sabrá de ella."
(Autor desconocido)
[Fuente: Emilio Ruiz Figuerola]
Miguel Ángel, gracias chileno.
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Y esta es la ruso-española Maya Plisétskaya interpretando "La muerte del cisne" (coreografía de Mikhail Fokine sobre El cisne, de Camille Saint-Saëns, 1866) en Tokio, en 1986. O sea, ¡¡¡con 61 añitos!!! Otro cisne.
"Cantar, arder, huir, como un campanario en las manos de un loco.
Triste ternura mía, ¿qué te haces de repente?
Cuando he llegado al vértice más atrevido y frío
mi corazón se cierra como una flor nocturna."
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(Pablo Neruda, fragmento del "Poema 13",
1 comentario:
Gracias. Lo miraré.
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