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Hoy he abrazado y besado a Lucio Urtubia. Justo llegaba a CNT Logroño -con su boina y su bufanda roja inseparables- a la par que quien escribe. No he podido evitarlo. Ha sido verle y... Es uno de mis héroes, una inspiración diaria, eterna. Emocionada, le he dicho cuánto significa para mí, para muchos, su ejemplo, su vida.
Una sala abarrotada ha disfrutado y reído con sus palabras, su espontaneidad, sus recuerdos, sus chascarrillos y anécdotas revolucionarias, su sabiduría de hombre humilde pero digno y resuelto. Nos ha contado pasajes de su vida emocionante y admirable, entre preguntas, aplausos y risas. Y sobre todo ha espoleado a los oyentes, nos ha animado a luchar siempre, a hacer, a dar, a perseguir la utopía sin descanso: "¡Qué placer hacer!".
Por cierto, ¿sabíais que Galeano le incluyó en una de las pequeñas-grandes historias de su libro póstumo, El cazador de historias? Él no lo sabía. Era una sorpresa. Se ha emocionado y le han regalado el libro. Ha sido el colofón a la charla, la lectura de esas líneas dedicadas al albañil anarquista por el gran Eduardo Galeano:
Una sala abarrotada ha disfrutado y reído con sus palabras, su espontaneidad, sus recuerdos, sus chascarrillos y anécdotas revolucionarias, su sabiduría de hombre humilde pero digno y resuelto. Nos ha contado pasajes de su vida emocionante y admirable, entre preguntas, aplausos y risas. Y sobre todo ha espoleado a los oyentes, nos ha animado a luchar siempre, a hacer, a dar, a perseguir la utopía sin descanso: "¡Qué placer hacer!".
Por cierto, ¿sabíais que Galeano le incluyó en una de las pequeñas-grandes historias de su libro póstumo, El cazador de historias? Él no lo sabía. Era una sorpresa. Se ha emocionado y le han regalado el libro. Ha sido el colofón a la charla, la lectura de esas líneas dedicadas al albañil anarquista por el gran Eduardo Galeano:
ARTISTAS
Lucio Urtubia, albañil anarquista, producía cheques perfectos, pero falsos, para sabotear la dictadura española.
Los gobiernos fabricaban dinero para financiar la especulación, mientras Lucio soñaba con financiar la revolución. Además, en sus horas libres, asaltaba bancos, mientras los bancos asaltaban países.
Otro falsificador de aquella época, Adolfo Kaminsky, era tintorero y dibujante. Gracias a sus buenos oficios, muchos perseguidos lograron huir vestidos con uniformes militares de color cambiado. Y en plena ocupación nazi, en la aterrorizada ciudad de París, Adolfo nunca dormía. Pasaba las noches falsificando documentos de identidad, certificados de bautismo y salvoconductos, a un ritmo de treinta por hora.
Lucio Urtubia
Fuente: Diario de Navarra
"El anarquismo es una necesidad"
(Lucio Urtubia)
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