Tus grandes ojos azules
abiertos se quedaron bajo el vacío ignorante,
cielo de losa oscura,
masa total que lenta desciende y te aboveda,
cuerpo tú solo, inmenso,
único hoy en la Tierra,
que contigo apretado por los soles escapa.
(Vicente Aleixandre: "En la muerte de Miguel Hernández", en Cuaderno de las horas situadas, 1948).
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(Fuente: La Crónica de León - "Sino sangriento")
HIJO DE LA LUZ Y DE LA SOMBRA
(Miguel Hernández) (Selección de Joan Manuel Serrat)
Eres la noche, esposa: la noche en el instante
mayor de su potencia lunar y femenina.
Eres la medianoche: la sombra culminante
donde culmina el sueño, donde el amor culmina.
Daré sobre tu cuerpo cuando la noche arroje
su avaricioso anhelo de imán y poderío.
Un astral sentimiento febril me sobrecoge,
incendia mi osamenta con un escalofrío.
Eres la noche, esposa.
Eres la noche, esposa.
Eres la noche, esposa.
Y yo soy el mediodía.
La noche se ha encendido como una sorda hoguera
de llamas minerales y oscuras embestidas.
Y alrededor la sombra late como si fuera
las almas de los pozos y el vino difundidas.
Pide que nos echemos tú y yo sobre la manta,
tú y yo sobre la luna, tú y yo sobre la vida.
Pide que tú y yo ardamos fundiendo en la garganta,
con todo el firmamento, la tierra estremecida.
Eres la noche, esposa.
Eres la noche, esposa.
Eres la noche, esposa.
Y yo soy el mediodia.
Caudalosa mujer: en tu vientre me entierro.
Tu caudaloso vientre será mi sepultura.
Si quemaran mis huesos con la llama del hierro,
verían que grabada llevo allí tu figura.
Con el amor a cuestas, dormidos y despiertos,
seguiremos besándonos en el hijo profundo.
Besándonos tú y yo se besan nuestros muertos,
se besan los primeros pobladores del mundo.
Eres la noche, esposa.
Eres la noche, esposa.
Eres la noche, esposa.
y yo soy el mediodia.
Eres la noche, esposa.
Y yo soy el mediodia.
(Fragmentos de "Hijo de la luz y de la sombra", de Cancionero y romancero de ausencias, 1938-1941).