domingo, 13 de enero de 2013

PEPE MUJICA

 contra la dictadura global
El flori y viticultor de El Paso de la Arena, el rehén de la dictadura, que le llenó el cuerpo de balazos y le encarceló durante 15 años. El hombre que pertenece al pueblo, luchador de un país chiquito pero valiente y honesto, que ha parido héroes e ídolos de la poesía, las historias, los cuentos, la lucha y las calles. El viejo guerrillero tupamaro cuyo ímpetu y búsqueda de justicia social nunca morirán si no es con la muerte de uno, que será la de todos.

El actual presidente uruguayo es una rara avis, de esas que quisieras para el país en el que vives y para todos. Se trata de un ser humano con todas las letras, un político honesto, independiente y bienintencionado, preocupado por las personas, las políticas sociales y el medio ambiente, en lugar de ser un funcionario esclavo de los FMI, BM y los amigos-jefes banqueros y peces gordos para quienes gobiernan la inmensa mayoría de los presidentes de los países del paneta.

José Alberto Mujica Cordano. ¿Quién? Pepe Mujica. ¡Ah! Sí, porque es Pepe del pueblo.



“El desafío que tenemos por delante es de una magnitud de carácter colosal. Y la gran crisis… no es ecológica, es política. El hombre no gobierna hoy las fuerzas que ha desatado. Sino que las fuerzas que ha desatado lo gobiernan al hombre y la vida. (…) Tenemos que darnos cuenta que la crisis del agua, que la crisis de la agresión al medio ambiente, no es una causa. La causa es el modelo de civilización que hemos montado. Y lo que tenemos que revisar es nuestra forma de vivir. (…) El desarrollo no puede ser en contra de la felicidad. ¡Tiene que ser a favor de la felicidad humana, del amor arriba de la tierra, de las relaciones humanas, de cuidar a los hijos, de tener amigos, de tener lo elemental!”

(Pepe Mújica, presidente de Uruguay)
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1 comentario:

Unknown dijo...

Es increíble como de afuera se ven las cosas diferentes y con un halo romántico!. Los discursos son siempre magníficos, las palabras grandilocuentes.

Para juzgar al gobernante de un país extranjero, es necesario respirar con él, sufrirlo, gozarlo o padecerlo. Todo lo demás es espejismo, nube de humo que se disipa con el viento del devenir de los días. Te invito a una temporada en Uruguay, más de medio país te ayudará a entender qué quiero decir.