domingo, 22 de julio de 2012

DIÓGENES Y ARISTIPO

 honestidad o nada
Ayer alguien me preguntó por qué nunca he utilizado la inteligencia (que este alguien me supone "en grandes dosis") para granjearme el favor de los peces gordos o de individuos influyentes, haciendo esto o lo otro, aparcando mi necesidad de independencia, renunciando a mis principios, sometiéndome a la autoridad..., lo cual (según esta persona) me habría proporcionado con toda seguridad una posición social y económica como mínimo desahogada.

Le dije que confunde la inteligencia con apetencias superficiales y convencionalismos y con la estúpida tendencia humana a convertirse en un buen gregario (borrego, lameculos, abrazafarolas... como ustedes prefieran), mediante la obediencia absoluta y el trepismo. Me quedé pensando en silencio, mirándole, decepcionada (una vez más) con alguien que prometía. Entonces me acordé de un cuento corto de Anthony de Mello que leí no hace mucho en su obra El canto del pájaro (1984). Y se lo conté:

      "Estaba el filósofo Diógenes cenando lentejas cuando le vio el filósofo Aristipo, que vivía confortablemente a base de adular al rey.
     Y le dijo Aristipo: «Si aprendieras a ser sumiso al rey, no tendrías que comer esa basura de lentejas». A lo que replicó Diógenes: «Si hubieras tú aprendido a comer lentejas, no tendrías que adular al rey»."

Diógenes sentado en su tinaja, por Jean-Léon Gérôme (1860).
Fuente: Wikipedia
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“Ellos mandan hoy... ¡porque tú obedeces!”
"De los resistentes es la última palabra."

(Albert Camus) 

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